Mama Framboise, un dulce paraíso
En un rincón del Mercado de la Paz, recoleto mercado en pleno barrio de Salamanca y escenario de venta y degustación de producto desde hace más de un siglo, ha estrenado puesto Mama Framboise, la cuidada y dulce apuesta del chef pastelero Alejandro Montes. De esta forma acerca aún más la alta pastelería a pie de calle en formato para llevar y se suma a la tendencia de la recuperación de la autenticidad de los mercados para adquirir productos de calidad.
Esta es la segunda apertura que el chef de Mamá Framboise en cuestión de un mes, después de la reciente inauguración en la T1 del aeropuerto Adolfo Suárez en Barajas, demostrando que pasión y compromiso suelen venir acompañados de buenas noticias.
Bollería, pastelería, bizcochos y hojaldres conviven en un espacio que traslada la esencia del proyecto del Mejor Maestro Chocolatero de España 2007 a un ambiente relajado en donde en torno a quinientos productores y comercios practican la venta de producto en una aventura que arrancó con la inauguración del edificio modernista en 1879.
A los imprescindibles del asturiano Alejandro Montes se incorporan las mermeladas para disfrutar en casa de un pedacito de Mamá Framboise, y se recupera el pan, contando para ello con nuestros productos, los productos de Quadra Panis, continuando de esta forma la colaboración que ya iniciamos en el espacio de la marca en Platea. La máxima de la filosofía del chef es, en realidad, muy similar a la de Nunzio Mauriello, la democratización de la alta pastelería poder acercarla al público.
¿Por qué nos gusta tanto Mamá Framboise? Porque su esencia evoca la tranquilidad, la desconexión a través de un universo dulce que nos aleja la rutina y lo hace con unos vistosos macarons de arándanos, de vainilla, de fresa-pistacho, de yogurt y frutos del bosque, con la nanterre brioche, las letras de chocolate, el éclair de frambuesa o su particular ‘millefeuille’.
Porque a través de sus creaciones es fácil remontarse a la infancia y viajar a través de los recuerdos de niñez, a menudo aromatizados con el olor de un bizcocho recién horneado, con textura de manos pegajosas y sabor a chocolate.
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